INSTITUCIÓN EDUCATIVA SANTO DOMINGO SAVIO
RECUPERACIÓN II PERIODO RELIGIÓN SÉPTIMO
- Responde el siguiente taller en tu cuaderno
- No olvides escribir los títulos, las preguntas y sus respectivas respuestas con los números correspondientes.
- Todas las actividades del taller se realizan a partir de lo estudiado durante el periodo. (30%)
- Sustenta mediante evaluación y entrega el taller realizado, dentro de la recuperación el próximo jueves 6 de junio (70%)
- Para que tenga validez la entrega del taller y la sustentación firma acta de recibido.
- Cualquier intento de copia a otro trabajo anula la recuperación
LA PASCUA
ACTIVIDAD: Resume en tu cuaderno
Pascua etimológicamente significa paso. La pascua es el paso liberador de Cristo por nuestra vida. Esa pascua la vivimos en su pasión muerte y resurrección. El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los cristianos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.
Cristo triunfó sobre la muerte con su muerte y con su resurreción nos abrió las puertas del Cielo. La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles. Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.
En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar? Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.
San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14) Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios. Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte. La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.
Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo. Hemos comenzado el tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la Ascensión.
DIOS
CREA LA PAREJA HUMANA
1. LA SOLEDAD NO ES
BUENA
Toda la vida del
hombre es una aventura cuyo puerto hay que colocarlo en su realización
personal, en el crecimiento de la familia y de la sociedad y en la expansión
del Reino de Dios.
Caminamos hacia la
perfección, hacia la madurez. En su caminar todo hombre pronto se da cuenta de
que no puede avanzar solo, aislado. Necesita a los otros y los busca para
integrarse con ellos, para colaborar y beneficiarse, para dar y recibir.
Hay muchas maneras
de integrarse y son muchas las cosas que se pueden dar y recibir. La más
sublime de todas es cuando se integran dos vidas; entonces lo que doy es lo que
soy, y lo que recibo es lo que eres. Esta es la experiencia del amor.
Desde el amor el hombre entiende que
“estar solo no es bueno para él”. Juan Pablo II dice: “El hombre no puede vivir
sin amor. Permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada
de sentido, si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no
lo experimenta y no lo hace propio, si no participa en él vivamente”.
1.
MACHO
Y HEMBRA LOS CREO
E1 amor es el dinamismo que anima e
impulsa incesantemente el descubrimiento y el encuentro de un hombre y una
mujer.
La sexualidad tiene su fundamento en
las diferencias entre el hombre y la mujer. La sexualidad está en las diferencias
y en la atracción mutua de esas diferencias buscando unirse y complementarse.
¿Cuáles son esas diferencias?
“Dios creó al hombre a su imagen. Macho
y hembra los creó”. Génesis 1, 27.
Es claro que hay diferencias entre la
mujer y el varón. Unas son de tipo biológico, otras de tipo sicológico y otras
de tipo social.
• Las
diferencias biológicas.
Los órganos sexuales del varón y los de
la mujer son diferentes. Los órganos del varón están al descubierto, hacia
afuera; mientras que los órganos de la mujer están dentro, guardados en su
vientre.
La procreación, el embarazo y el parto
explican suficientemente que los órganos se complementan en la diferencia, para
producir el maravilloso acontecimiento de la vida nueva.
Además de estas diferencias primarias,
podemos observar que entre el varón y la mujer hay diferencias secundarias como
la barba, el sonido de la voz, la musculatura, la estructura de los huesos,
sobre todo en las caderas, etc.
• Las
diferencias psicológicas.
Son aquellas que se refieren al modo de
ser, al comportamiento del varón de la mujer.
Normalmente estamos de acuerdo en que
la mujer es más suave, comprensiva, compasiva, delicada y coqueta; esto es lo que
llamamos la feminidad.
Mientras que el varón es más duro,
menos sensible y menos afectivo; el varón es el de la fuerza, calculador y
extrovertido, esto es lo que llamamos la masculinidad.
•
Las diferencias biológicas y las psicológicas han contribuido para que en la
vida social se den también diferencias en la distribución del trabajo, y en el
papel que cada uno debe desarrollar en la sociedad.
Hasta hace poco tiempo existía la
mentalidad de que la mujer es para la casa, y su trabajo está relacionado con
el cuidado de los niños y con las tareas propias del hogar.
El varón, por su parte, tiene los
trabajos de fuerza y de resistencia. Al varón se le encomienda, casi en la
totalidad, la seguridad y la responsabilidad política.
Aunque podemos observar profesiones en
las que la mujer trabaja en igualdad de condiciones y de competencia con el
varón, aún es muy frecuente ver a la mujer como ayudante: junto al médico, la
enfermera; junto al gerente, la secretaria, etc.
•
Las diferencias no son absolutas.
Si bien es obvio que entre el varón y
la mujer hay diferencias, también es claro que esas diferencias no son
absolutas.
¿Te imaginas un varón ciento por ciento
masculino o una mujer ciento por ciento femenina? Si existieran, constituirían
dos especies totalmente diferentes y sin posibilidad de complementarse y no
habría entre ellos posibilidad de diálogo, de comunicación.
Ignace Lepp dice:
“Suponiendo que los hombres fuesen
masculinos ciento por ciento y las mujeres ciento por ciento femeninas, ambos
constituirían, al menos psicológicamente, dos especies heterogéneas que no
podrían complementarse en forma mutua. No habría entre ellas necesidad ni
posibilidad de comunicación. La mujer exclusivamente introvertida viviría en
una perpetua ensoñación y sería tan inapta para la acción como para la
reflexión. El hombre íntegramente extravertido, volcado sobre el mundo
exterior, sería de una dureza inhumana, incapaz de comprender a los demás ni a
sí mismo; falto de intuición, sería inapto para cualquier actividad realmente
creadora, de un terrible materialismo y cerrado a la vida espiritual. Entre una
mujer “perfectamente” femenina y un hombre “perfectamente” masculino, podría
existir acoplamiento pero no amor. Y el acoplamiento no sería la fusión de dos
seres, sino un combate sadomasoquista, como puede verse en algunos
casos-límites.
En la realidad, no es así felizmente.
La teoría de Jung de las compensaciones explica muy bien el hecho de que el
hombre y la mujer son más complementarios que opuestos. El inconsciente
compensa espontáneamente, en los seres no demasiado inhibidos por la neurosis,
lo que hay de unilateral, en el yo consciente del individuo. Si una mujer
plenamente femenina ama a un hombre muy masculino es porque en su propio
psiquismo inconsciente hay algo de las cualidades consideradas viriles: es por
ese lado que ella está en condiciones de comprenderlo, de simpatizar con él. En
la psique inconsciente del más masculino de los hombres se descubren rasgos
específicamente femeninos: a causa de esto se halla en mejores condiciones que
el hombre afeminado para comprender y apreciar a la “verdadera mujer”. Tal como
lo demostraremos más adelante, el amor es auténticamente proporcional al grado
de autenticidad viril y femenina de los participantes. Un hombre afeminado y
una mujer viril se parecen demasiado para ser verdaderamente complementarios”.
IGUALES PARA UNA MISMA TAREA
Las diferencias que observamos en el
varón y en la mujer no alteran ni opacan el hecho fundamental de que ambos son
seres humanos.
La masculinidad es la manera de ser
hombre como varón. La feminidad es la manera de ser hombre como mujer. Ambos
son igualmente personas, con la misma naturaleza humana, la misma dignidad, los
mismos derechos y los mismos deberes, aunque cada uno tiene su manera propia de
desarrollar su personalidad.
No hay un sexo superior y otro
inferior, ni uno más fuerte y otro más débil; hay una sexualidad que se expresa
y se vive de distintas maneras, lo masculino y lo femenino, las cuales no hay
que entenderlas como opuestas y en lucha, sino como complementarias con
igualdad de participación y de responsabilidad.
La complementariedad debe estar
presente:
- En la procreación. Como es obvio la
procreación es el acto en el que lo masculino y lo femenino se complementan de
manera perfecta para producir la nueva vida.
- En la educación de los hijos que debe
ser una obra conjunta del varón y de la mujer; así el niño va recibiendo una
educación equilibrada, con aportes de los valores propios de la masculinidad y
la feminidad.
- En el cuidado del hogar en general.
Normalmente esta tarea se le asigna a la mujer; sin embargo es responsabilidad
por igual del varón, puesto su misión de esposo y padre no terminan con la
procreación.
- En la construcción de la sociedad. La economía,
la política, la cultura, la religión, necesitan el aporte tanto de los valores
masculinos como de los femeninos.
- Recordemos que Dios le entregó la
responsabilidad y la tarea de cultivar y dominar la naturaleza a la pareja humana.
- En la construcción del Reino de Dios.
También en este campo es imprescindible la complementariedad del varón y de la
mujer para que brille más claramente el rostro de Dios.
Varón y mujer son seres complementarios
en sus diferencias y responsables por su igualdad fundamental.
Ambos están invitados por Dios para
participar en la construcción y realización de la familia, de la sociedad y del
Reino de Dios, desde su feminidad y desde su masculinidad.
ACTIVIDAD: Resumen el texto anterior y argumenta respondiendo las siguientes preguntas
- ¿Porque es importante que el ser humano no esté solo?
- ¿Cuál es la finalidad de la sexualidad?
- ¿Crees que si un hombre o una mujer no desarrolla estas diferencias secundarias pierde masculinidad o feminidad? ¿Por qué?
- Según las diferencias psicológicas ¿El hombre y la mujer se necesitan mutuamente? ¿Por qué?
- ¿En qué se nota que el hombre y la mujer fueron creados para complementarse el uno al otro?
Recuerda:
Entre el hombre y la mujer hay una
igualdad fundamental como personas, y una diferencia enriquecedora como
sexualidad.
El matrimonio es la base de la familia
ACTIVIDAD
1: EVOQUEMOS NUESTRA EXPERIENCIA
Hablemos del amor.
- ¿Qué es el amor para nosotros?
- ¿Qué clases de amor conocemos?
- ¿Cuáles son las características de un
amor auténtico?
- Si todos amamos, ¿no debía haber amor
en nuestras relaciones, en nuestras familias, en la sociedad? Sin embargo, ¿por
qué hay tanto odio, tanta violencia y tanta muerte?
ACTIVIDAD 2: ¿QUE NOS DICE LA IGLESIA?
El amor del hombre y de la mujer abarca
a toda la persona. En consecuencia, la sexualidad, mediante la cual el
hombre y la mujer se dan uno a otro con los actos propios y exclusivos de los
esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la
persona humana en cuanto tal. Ella se realiza de modo verdaderamente humano,
solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se
comprometen' totalmente entre sí hasta la muerte. La donación física total
sería un engaño si no fuese signo y fruto de una donación en la que está
presente toda la persona, incluso en su dimensión temporal; si la persona se
reservase algo o la posibilidad de decidir de otra manera en orden al futuro,
ya no se donaría totalmente.
Esta totalidad, exigida por el amor
conyugal, corresponde también con las exigencias de una fecundidad responsable,
la cual, orientada a engendrar una persona humana, supera por su naturaleza el
orden puramente biológico y toca una serie de valores personales, para cuyo
crecimiento armonioso es necesaria la contribución perdurable y concorde de los
padres.
El único ‘lugar' que hace posible esta
donación total es el matrimonio, es decir, el pacto de amor conyugal o elección
consciente y libre, con la que el hombre y la mujer aceptan la comunidad íntima
de vida y amor, querida por Dios mismo”. Juan Pablo II.
REFLEXIONA
- ¿Qué es la sexualidad?
- ¿De quién es propio y exclusivo el acto
sexual?
- ¿Es el acto sexual puramente físico o
biológico?
- ¿Qué dimensiones de las personas debe
abarcar el acto sexual?
- ¿Por qué el matrimonio es el lugar
legítimo del acto sexual?
ACTIVIDAD 3: RESUME LOS SIGUIENTES
CONCEPTOS
¿QUÉ SABEMOS DEL AMOR?
Todos decimos que amamos, y, por
supuesto todos hablamos del amor. Esto nos puede hacer pensar que el amor es
uno de los conceptos más claros y comunes; todos sabemos qué es el amor.
Sin embargo, amor es lo que falta en la
familia, en la sociedad, en las relaciones interpersonales, y egoísmo, falsedad
incluso odio es lo que abunda. ¿Qué ocurre? ¿Sabemos realmente qué es el amor?
El amor es uno y
sin embargo hay muchas maneras de amar; señalemos, por ejemplo, el amor
maternal y paternal, el amor filial y fraternal, el amor de amistad, el amor a
la naturaleza, a la belleza, a la sabiduría; el amor a Dios y el amor que se da
entre un hombre y una mujer.
Todas estas
maneras de amar son verdadero y auténtico amor, y todas ellas influyen a la
hora de conformar la vida de amar a la persona.
Por supuesto, el
amor conyugal entre el hombre y la mujer, que tiende a la unión sexual, es una
entre las múltiples maneras que tiene el amor de manifestarse.
Sin embargo, este
amor, dadas sus condiciones, imprime un carácter especial y profundo a la
existencia humana, y es altamente decisivo e influyente en la conformación de
la vida afectiva de la persona, y, por supuesto, a la hora de realizar las
otras manifestaciones de amor: “sólo el hombre que es capaz de amar a la mujer,
y la mujer que es capaz de amar al hombre, estarán en condiciones de amar
auténticamente a sus amigos, a la naturaleza y a Dios”.
De la calidad y
madurez de las relaciones conyugales depende, en gran parte, el bienestar de
la pareja y de la familia, el orden y la armonía de la vida social, incluso el
crecimiento y realización del Reino de Dios.
El amor es una
atracción, una solicitud mutua para realizar un encuentro mutuo que termina con
la donación del uno al otro.
¿QUE ES EL AMOR?
Hemos visto que
hombre y mujer son mutuamente indispensables; ambos se necesitan para complementarse
en el nivel personal; también la familia, la sociedad, incluso el Reino de
Dios, dependen de la complementariedad hombre-mujer.
Esta búsqueda para
la unidad y la complementación de ambos es lo que llamamos el amor conyugal.
El amor es esa
fuerza misteriosa que impulsa a hombres y mujeres hacia el sexo opuesto.
Cuando hablamos
del amor entre un hombre y una mujer, aparecen tres opiniones: dos de ellas
extremas y una tercera integradora. Las opiniones extremas son reconocidas
como la espiritualista y la materialista.
La opinión espiritualista considera que la unión del hombre y de la
mujer debe realizarse únicamente en el espíritu, en el alma; en el nivel de los
sentimientos, de los ideales; es una comunión puramente espiritual y muestra
rechazo por la relación sexual.
La opinión materialista considera que la atracción es puramente física,
biológica, genital, y que para nada interviene el espíritu ni los
sentimientos, ni la libertad.
Para la opinión materialista el amor es la fuerza instintiva propia de
los animales de la cual participa también la pareja humana, y la relación
sexual es una necesidad biológica como comer o dormir.
Para la tercera opinión el amor es un acto de toda la persona.
El ser humano no
es ni cuerpo sin alma, ni alma sin cuerpo; el ser humano es indisolublemente
cuerpo y alma, en donde el cuerpo es cuerpo del alma, y el alma es alma de
cuerpo.
Cuando mis ojos
ven en realidad son mis pensamientos, mis sentimientos, mis ideales y
propósitos los que están viendo a través de mis ojos; es todo mi ser el que
camina y va, o el que coge o suelta, y no sólo mis pies o mis manos. Mis ojos,
mis oídos, mis manos, mi voz, lo son de una persona, y ven, oyen, tocan y
hablan lo que la persona quiere y necesita ver, oír, tocar, o hablar.
Así mismo cuando
hay atracción sexual es toda la persona la que es atraída, la que es solicitada
y la que queda comprometida.
Quien ama, ama a
la persona, a su totalidad personal, constituida por sus pensamientos, sus
sentimientos, sus proyectos e ideales, su manera de ver la vida y de vivirla,
y por supuesto ama al cuerpo que oculta y expresa ese mundo personal.
De esta manera el
amor no es sólo un encuentro de cuerpos sino también de libertades, de
pensamientos y sentimientos, de proyectos de vida, que al unirse deciden el
destino común de la pareja humana.
Estas tres
opiniones en el fondo nos colocan ante tres actitudes ante la sexualidad.
La primera es la
de aquéllos, superficiales y vacíos, cuya vida sexual está desprovista de
sentimientos, de ternura y de admiración hacia la otra persona. Para ellos el
amor queda atrapado en la genitalidad. En este nivel se da la prostitución.
La segunda es la
de la pareja que comparte totalmente en el acto sexual los sentidos y los
sentimientos, la totalidad de la persona.
La tercera es la
de la pareja que van sublimando el aspecto corporal, y espiritualizan su
relación.
El amor
ciertamente es una experiencia humana que recorre el mismo camino de maduración
de la persona.
LAS
CARACTERÍSTICAS DEL AUTENTICO AMOR
E1 Papa Pablo VI
nos habla sobre la naturaleza del amor de los esposos:
“La verdadera naturaleza del amor conyugal se revela cuando éste es
considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, el Padre de quien procede
toda paternidad en el cielo y en la tierra.
“Bajo esta luz aparecen claramente las notas y las exigencias
características del amor conyugal, siendo de suma importancia tener una idea
exacta de ellas.
“Es, ante todo, un amor plenamente humano, es decir, sensible y espiritual al mismo
tiempo. No es, por tanto, una simple efusión del instinto y del sentimiento, sino
que es también, y principalmente, un acto de la voluntad libre, destinado a mantenerse
y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma
que los esposos se conviertan en un solo corazón y en una sola alma y juntos
alcancen su perfección humana.
“Es un amor total, esto
es, una forma singular de amistad personal con la cual los esposos comparten
generosamente todo, sin reservas o cálculo egoístas. Quien ama de verdad a su
propio consorte; no lo ama sólo por lo que de él recibe, sino por sí mismo,
gozoso de poderlo enriquecer con el don de sí.
“Es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte. Así lo conciben el esposo y
la esposa el día en que asumen libremente y con plena conciencia el empeño del
vínculo matrimonial. Fidelidad que a veces puede resultar difícil, pero que
siempre es posible, noble y meritoria; nadie puede negarlo. El ejemplo de
numerosos esposos a través de los siglos demuestra que la fidelidad no sólo es
connatural al matrimonio, sino también manantial de felicidad profunda y
duradera.
“Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión entre los
esposos, sino que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas. El
matrominio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la
procreación y educación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más
excelente del matrimonio y contribuyen al bien de los propios padres”. (Pablo
VI, Humanae Vitae 8 y 9).
ACTIVIDAD 4:
EVALÚA EL LOGRO DE LOS OBJETIVOS
- ¿Qué dimensiones del ser humano están comprometidas
en el acto sexual?
- ¿Por qué el acto sexual es un encuentro profundo de
dos personas?
- ¿Cuáles son las características del amor según
Pablo VI?
- Explica y comenta la frase: “el amor es una
experiencia humana especial que recorre las mismas etapas de la madurez de la
persona”.
- ¿Crees que el amor necesita ser educado?
- ¿Cómo te esfuerzas por educarlo?
Recuerda:
El amor es
plenamente humano, es total, es fiel y exclusivo, y es facundo.