jueves, 29 de junio de 2023

RECUPERACIÓN SEGUNDO PERIODO

INSTITUCIÓN EDUCATIVA SANTO DOMINGO SAVIO


RECUPERACIÓN II PERIODO RELIGIÓN SÉPTIMO

  • Responde el siguiente taller en tu cuaderno
  • No olvides escribir los títulos, las preguntas y sus respectivas respuestas con los números correspondientes.
  • Todas las actividades del taller se realizan a partir de lo estudiado durante el periodo. (30%)
  • Sustenta mediante evaluación y entrega el taller realizado, dentro de la recuperación el próximo jueves 6 de junio (70%)
  • Para que tenga validez la entrega del taller y la sustentación firma acta de recibido.
  • Cualquier intento de copia a otro trabajo anula la recuperación

 LA PASCUA



ACTIVIDAD: Resume en tu cuaderno

Pascua etimológicamente significa paso. La pascua es el paso liberador de Cristo por nuestra vida. Esa pascua la vivimos en su pasión muerte y resurrección. El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los cristianos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.

Cristo triunfó sobre la muerte con su muerte y con su resurreción nos abrió las puertas del Cielo. La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles. Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.

En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar? Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.

San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14) Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios. Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.

La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte. La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.

Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo. Hemos comenzado el tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la Ascensión.




DIOS CREA LA PAREJA HUMANA



1.     LA SOLEDAD NO ES BUENA

Toda la vida del hombre es una aventura cuyo puerto hay que colocarlo en su realización personal, en el crecimiento de la familia y de la sociedad y en la expansión del Reino de Dios.

Caminamos hacia la perfección, hacia la madurez. En su caminar todo hombre pronto se da cuenta de que no puede avanzar solo, ais­lado. Necesita a los otros y los busca para integrarse con ellos, para colaborar y be­neficiarse, para dar y recibir.

Hay muchas maneras de integrarse y son muchas las cosas que se pueden dar y reci­bir. La más sublime de todas es cuando se integran dos vidas; entonces lo que doy es lo que soy, y lo que recibo es lo que eres. Esta es la experiencia del amor.

Desde el amor el hombre entiende que “estar solo no es bueno para él”. Juan Pablo II dice: “El hombre no puede vivir sin amor. Permanece para sí mismo un ser incomprensible, su vida está privada de sentido, si no le es revelado el amor, si no se encuentra con el amor, si no lo experimenta y no lo hace propio, si no participa en él vivamente”.

1.     MACHO Y HEMBRA LOS CREO

E1 amor es el dinamismo que anima e impulsa incesantemente el descubrimiento y el encuentro de un hombre y una mujer.
La sexualidad tiene su fundamento en las diferencias entre el hombre y la mujer. La sexualidad está en las diferencias y en la atracción mutua de esas diferencias buscando unirse y complementarse.

¿Cuáles son esas diferencias?
“Dios creó al hombre a su imagen. Macho y hembra los creó”. Génesis 1, 27.
Es claro que hay diferencias entre la mujer y el varón. Unas son de tipo biológico, otras de tipo sicológico y otras de tipo social.

•           Las diferencias biológicas.
Los órganos sexuales del varón y los de la mujer son diferentes. Los órganos del varón están al descubierto, hacia afuera; mientras que los órganos de la mujer están dentro, guardados en su vientre.
La procreación, el embarazo y el parto explican suficientemente que los órganos se complementan en la diferencia, para producir el maravilloso acontecimiento de la vida nueva.
Además de estas diferencias primarias, podemos observar que entre el varón y la mujer hay diferencias secundarias como la barba, el sonido de la voz, la musculatura, la estructura de los huesos, sobre todo en las caderas, etc.

•           Las diferencias psicológicas.
Son aquellas que se refieren al modo de ser, al comportamiento del varón de la mujer.
Normalmente estamos de acuerdo en que la mujer es más suave, comprensiva, compasiva, delicada y coqueta; esto es lo que llamamos la feminidad.

Mientras que el varón es más duro, menos sensible y menos afectivo; el varón es el de la fuerza, calculador y extrovertido, esto es lo que llamamos la masculinidad.

•           Las diferencias biológicas y las psicológicas han contribuido para que en la vida social se den también diferencias en la distribución del trabajo, y en el papel que cada uno debe desarrollar en la sociedad.

Hasta hace poco tiempo existía la mentalidad de que la mujer es para la casa, y su trabajo está relacionado con el cuidado de los niños y con las tareas propias del hogar.

El varón, por su parte, tiene los trabajos de fuerza y de resistencia. Al varón se le encomienda, casi en la totalidad, la seguridad y la responsabilidad política.

Aunque podemos observar profesiones en las que la mujer trabaja en igualdad de condiciones y de competencia con el varón, aún es muy frecuente ver a la mujer como ayudante: junto al médico, la enfermera; junto al gerente, la secretaria, etc.

•           Las diferencias no son absolutas.
Si bien es obvio que entre el varón y la mujer hay diferencias, también es claro que esas diferencias no son absolutas.

¿Te imaginas un varón ciento por ciento masculino o una mujer ciento por ciento femenina? Si existieran, constituirían dos especies totalmente diferentes y sin posibilidad de complementarse y no habría entre ellos posibilidad de diálogo, de comunicación.

Ignace Lepp dice:
“Suponiendo que los hombres fuesen masculinos ciento por ciento y las mujeres ciento por ciento femeninas, ambos constituirían, al menos psicológicamente, dos especies heterogéneas que no podrían complementarse en forma mutua. No habría entre ellas necesidad ni posibilidad de comunicación. La mujer exclusivamente introvertida viviría en una perpetua ensoñación y sería tan inapta para la acción como para la reflexión. El hombre íntegramente extravertido, volcado sobre el mundo exterior, sería de una dureza inhumana, incapaz de comprender a los demás ni a sí mismo; falto de intuición, sería inapto para cualquier actividad realmente creadora, de un terrible materialismo y cerrado a la vida espiritual. Entre una mujer “perfectamente” femenina y un hombre “perfectamente” masculino, podría existir acoplamiento pero no amor. Y el acoplamiento no sería la fusión de dos seres, sino un combate sadomasoquista, como puede verse en algunos casos-límites.

En la realidad, no es así felizmente. La teoría de Jung de las compensaciones explica muy bien el hecho de que el hombre y la mujer son más complementarios que opuestos. El inconsciente compensa espontáneamente, en los seres no demasiado inhibidos por la neurosis, lo que hay de unilateral, en el yo consciente del individuo. Si una mujer plenamente femenina ama a un hombre muy masculino es porque en su propio psiquismo inconsciente hay algo de las cualidades consideradas viriles: es por ese lado que ella está en condiciones de comprenderlo, de simpatizar con él. En la psique inconsciente del más masculino de los hombres se descubren rasgos específicamente femeninos: a causa de esto se halla en mejores condiciones que el hombre afeminado para comprender y apreciar a la “verdadera mujer”. Tal como lo demostraremos más adelante, el amor es auténticamente proporcional al grado de autenticidad viril y femenina de los participantes. Un hombre afeminado y una mujer viril se parecen demasiado para ser verdaderamente complementarios”.

IGUALES PARA UNA MISMA TAREA
Las diferencias que observamos en el varón y en la mujer no alteran ni opacan el hecho fundamental de que ambos son seres humanos.

La masculinidad es la manera de ser hombre como varón. La feminidad es la manera de ser hombre como mujer. Ambos son igualmente personas, con la misma naturaleza humana, la misma dignidad, los mismos derechos y los mismos deberes, aunque cada uno tiene su manera propia de desarrollar su personalidad.

No hay un sexo superior y otro inferior, ni uno más fuerte y otro más débil; hay una sexualidad que se expresa y se vive de distintas maneras, lo masculino y lo femenino, las cuales no hay que entenderlas como opuestas y en lucha, sino como complementarias con igualdad de participación y de responsabilidad.

La complementariedad debe estar presente:
  • En la procreación. Como es obvio la procreación es el acto en el que lo masculino y lo femenino se complementan de manera perfecta para producir la nueva vida.
  • En la educación de los hijos que debe ser una obra conjunta del varón y de la mujer; así el niño va recibiendo una educación equilibrada, con aportes de los valores propios de la masculinidad y la feminidad.
  • En el cuidado del hogar en general. Normalmente esta tarea se le asigna a la mujer; sin embargo es responsabilidad por igual del varón, puesto su misión de esposo y padre no terminan con la procreación.
  • En la construcción de la sociedad. La economía, la política, la cultura, la religión, necesitan el aporte tanto de los valores masculinos como de los femeninos.
  • Recordemos que Dios le entregó la responsabilidad y la tarea de cultivar y dominar la naturaleza a la pareja humana.
  • En la construcción del Reino de Dios. También en este campo es imprescindible la complementariedad del varón y de la mujer para que brille más claramente el rostro de Dios.


Varón y mujer son seres complementarios en sus diferencias y responsables por su igualdad fundamental.

Ambos están invitados por Dios para participar en la construcción y realización de la familia, de la sociedad y del Reino de Dios, desde su feminidad y desde su masculinidad.


ACTIVIDAD: Resumen el texto anterior y argumenta respondiendo las siguientes preguntas

  1. ¿Porque es importante que el ser humano no esté solo?
  2. ¿Cuál es la finalidad de la sexualidad?
  3. ¿Crees que si un hombre o una mujer no desarrolla estas diferencias secundarias pierde masculinidad o feminidad? ¿Por qué?
  4. Según las diferencias psicológicas ¿El hombre y la mujer se necesitan mutuamente? ¿Por qué?
  5. ¿En qué se nota que el hombre y la mujer fueron creados para complementarse el uno al otro?


Recuerda:
Entre el hombre y la mujer hay una igualdad fundamental como personas, y una diferencia enriquecedora como sexualidad.



El matrimonio es la base de la familia 


ACTIVIDAD 1: EVOQUEMOS NUESTRA EXPERIENCIA
Hablemos del amor.

  1. ¿Qué es el amor para nosotros?
  2. ¿Qué clases de amor conocemos?
  3. ¿Cuáles son las características de un amor auténtico?
  4. Si todos amamos, ¿no debía haber amor en nuestras relaciones, en nuestras familias, en la sociedad? Sin embargo, ¿por qué hay tanto odio, tanta violencia y tanta muerte?


 ACTIVIDAD 2: ¿QUE NOS DICE LA IGLESIA?
El amor del hombre y de la mujer abarca a toda la persona. En consecuencia, la sexualidad, mediante la cual el hombre y la mujer se dan uno a otro con los actos propios y exclusivos de los esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal. Ella se realiza de modo verdaderamente humano, solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen' totalmente entre sí hasta la muerte. La donación física total sería un engaño si no fuese signo y fruto de una donación en la que está presente toda la persona, incluso en su dimensión temporal; si la persona se reservase algo o la posibilidad de decidir de otra manera en orden al futuro, ya no se donaría totalmente.

Esta totalidad, exigida por el amor conyugal, corresponde también con las exigencias de una fecundidad responsable, la cual, orientada a engendrar una persona humana, supera por su naturaleza el orden puramente biológico y toca una serie de valores personales, para cuyo crecimiento armonioso es necesaria la contribución perdurable y concorde de los padres.
El único ‘lugar' que hace posible esta donación total es el matrimonio, es decir, el pacto de amor conyugal o elección consciente y libre, con la que el hombre y la mujer aceptan la comunidad íntima de vida y amor, querida por Dios mismo”. Juan Pablo II.

REFLEXIONA
  1. ¿Qué es la sexualidad?
  2. ¿De quién es propio y exclusivo el acto sexual?
  3. ¿Es el acto sexual puramente físico o biológico?
  4. ¿Qué dimensiones de las personas debe abarcar el acto sexual?
  5. ¿Por qué el matrimonio es el lugar legítimo del acto sexual?


ACTIVIDAD 3: RESUME LOS SIGUIENTES CONCEPTOS

¿QUÉ SABEMOS DEL AMOR?

Todos decimos que amamos, y, por supuesto todos hablamos del amor. Esto nos puede hacer pensar que el amor es uno de los conceptos más claros y comunes; todos sabemos qué es el amor.
Sin embargo, amor es lo que falta en la familia, en la sociedad, en las relaciones interpersonales, y egoísmo, falsedad incluso odio es lo que abunda. ¿Qué ocurre? ¿Sabemos realmente qué es el amor?
El amor es uno y sin embargo hay muchas maneras de amar; señalemos, por ejemplo, el amor maternal y paternal, el amor filial y fraternal, el amor de amistad, el amor a la naturaleza, a la belleza, a la sabiduría; el amor a Dios y el amor que se da entre un hombre y una mujer.

Todas estas maneras de amar son verdade­ro y auténtico amor, y todas ellas influyen a la hora de conformar la vida de amar a la persona.

Por supuesto, el amor conyugal entre el hombre y la mujer, que tiende a la unión sexual, es una entre las múltiples maneras que tiene el amor de manifestarse.

Sin embargo, este amor, dadas sus condi­ciones, imprime un carácter especial y profundo a la existencia humana, y es al­tamente decisivo e influyente en la con­formación de la vida afectiva de la perso­na, y, por supuesto, a la hora de realizar las otras manifestaciones de amor: “sólo el hombre que es capaz de amar a la mujer, y la mujer que es capaz de amar al hombre, estarán en condiciones de amar auténtica­mente a sus amigos, a la naturaleza y a Dios”.

De la calidad y madurez de las relaciones conyugales depende, en gran parte, el bie­nestar de la pareja y de la familia, el orden y la armonía de la vida social, incluso el crecimiento y realización del Reino de Dios.

El amor es una atracción, una solicitud mutua para realizar un encuentro mutuo que termina con la donación del uno al otro.

¿QUE ES EL AMOR?
Hemos visto que hombre y mujer son mutuamente indispensables; ambos se necesitan para comple­mentarse en el nivel personal; también la familia, la sociedad, incluso el Reino de Dios, dependen de la complementariedad hombre-mujer.

Esta búsqueda para la unidad y la complementación de ambos es lo que llamamos el amor conyugal.
El amor es esa fuerza misteriosa que im­pulsa a hombres y mujeres hacia el sexo opuesto.

Cuando hablamos del amor entre un hom­bre y una mujer, aparecen tres opiniones: dos de ellas extremas y una tercera integradora. Las opiniones extremas son reco­nocidas como la espiritualista y la materia­lista.

La opinión espiritualista considera que la unión del hombre y de la mujer debe realizarse únicamente en el espíritu, en el alma; en el nivel de los sentimientos, de los ideales; es una comunión puramente espiritual y muestra rechazo por la relación sexual.

La opinión materialista considera que la atracción es puramente física, biológica, genital, y que para nada interviene el espí­ritu ni los sentimientos, ni la libertad.

Para la opinión materialista el amor es la fuerza instintiva propia de los animales de la cual participa también la pareja huma­na, y la relación sexual es una necesidad biológica como comer o dormir.
Para la tercera opinión el amor es un acto de toda la persona.

El ser humano no es ni cuerpo sin alma, ni alma sin cuerpo; el ser humano es indiso­lublemente cuerpo y alma, en donde el cuerpo es cuerpo del alma, y el alma es al­ma de cuerpo.

Cuando mis ojos ven en realidad son mis pensamientos, mis sentimientos, mis idea­les y propósitos los que están viendo a través de mis ojos; es todo mi ser el que camina y va, o el que coge o suelta, y no sólo mis pies o mis manos. Mis ojos, mis oídos, mis manos, mi voz, lo son de una persona, y ven, oyen, tocan y hablan lo que la persona quiere y necesita ver, oír, tocar, o hablar.

Así mismo cuando hay atracción sexual es toda la persona la que es atraída, la que es solicitada y la que queda comprometida.

Quien ama, ama a la persona, a su totali­dad personal, constituida por sus pensa­mientos, sus sentimientos, sus proyectos e ideales, su manera de ver la vida y de vi­virla, y por supuesto ama al cuerpo que oculta y expresa ese mundo personal.

De esta manera el amor no es sólo un en­cuentro de cuerpos sino también de liber­tades, de pensamientos y sentimientos, de proyectos de vida, que al unirse deciden el destino común de la pareja humana.

Estas tres opiniones en el fondo nos colo­can ante tres actitudes ante la sexualidad.
La primera es la de aquéllos, superficiales y vacíos, cuya vida sexual está desprovista de sentimientos, de ternura y de admira­ción hacia la otra persona. Para ellos el amor queda atrapado en la genitalidad. En este nivel se da la prostitución.

La segunda es la de la pareja que comparte totalmente en el acto sexual los sentidos y los sentimientos, la totalidad de la persona.

La tercera es la de la pareja que van subli­mando el aspecto corporal, y espirituali­zan su relación.
El amor ciertamente es una experiencia humana que recorre el mismo camino de maduración de la persona.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL AUTENTICO AMOR

E1 Papa Pablo VI nos habla sobre la naturaleza del amor de los esposos:

“La verdadera naturaleza del amor conyu­gal se revela cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra.
“Bajo esta luz aparecen claramente las no­tas y las exigencias características del amor conyugal, siendo de suma importancia te­ner una idea exacta de ellas.
“Es, ante todo, un amor plenamente hu­mano, es decir, sensible y espiritual al mis­mo tiempo. No es, por tanto, una simple efusión del instinto y del sentimiento, si­no que es también, y principalmente, un acto de la voluntad libre, destinado a man­tenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma que los esposos se conviertan en un solo corazón y en una sola alma y juntos alcan­cen su perfección humana.
“Es un amor total, esto es, una forma sin­gular de amistad personal con la cual los esposos comparten generosamente todo, sin reservas o cálculo egoístas. Quien ama de verdad a su propio consorte; no lo ama sólo por lo que de él recibe, sino por sí mismo, gozoso de poderlo enriquecer con el don de sí.
“Es un amor fiel y exclusivo hasta la muer­te. Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y con plena conciencia el empeño del vínculo matri­monial. Fidelidad que a veces puede resul­tar difícil, pero que siempre es posible, no­ble y meritoria; nadie puede negarlo. El ejemplo de numerosos esposos a través de los siglos demuestra que la fidelidad no só­lo es connatural al matrimonio, sino tam­bién manantial de felicidad profunda y duradera.
“Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión entre los esposos, si­no que está destinado a prolongarse susci­tando nuevas vidas. El matrominio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y edu­cación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen al bien de los propios padres”. (Pablo VI, Humanae Vitae 8 y 9).


ACTIVIDAD 4: EVALÚA EL LOGRO DE LOS OBJETIVOS
  1. ¿Qué dimensiones del ser humano están comprometidas en el acto sexual?
  2. ¿Por qué el acto sexual es un encuentro profundo de dos personas?
  3. ¿Cuáles son las características del amor según Pablo VI?
  4. Explica y comenta la frase: “el amor es una experiencia humana especial que recorre las mismas etapas de la madurez de la persona”.
  5. ¿Crees que el amor necesita ser educado?
  6. ¿Cómo te esfuerzas por educarlo?



Recuerda:

El amor es plenamente humano, es total, es fiel y exclusivo, y es facundo.



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