domingo, 28 de mayo de 2023

SEMANA OCHO

ACTIVIDAD 3: RESUME EN TU CUADERNO

¿QUÉ SABEMOS DEL AMOR?





Todos decimos que amamos, y, por supuesto todos hablamos del amor. Esto nos puede hacer pensar que el amor es uno de los conceptos más claros y comunes; todos sabemos qué es el amor.
Sin embargo, amor es lo que falta en la familia, en la sociedad, en las relaciones interpersonales, y egoísmo, falsedad incluso odio es lo que abunda. ¿Qué ocurre? ¿Sabemos realmente qué es el amor?
El amor es uno y sin embargo hay muchas maneras de amar; señalemos, por ejemplo, el amor maternal y paternal, el amor filial y fraternal, el amor de amistad, el amor a la naturaleza, a la belleza, a la sabiduría; el amor a Dios y el amor que se da entre un hombre y una mujer.

Todas estas maneras de amar son verdade­ro y auténtico amor, y todas ellas influyen a la hora de conformar la vida de amar a la persona.

Por supuesto, el amor conyugal entre el hombre y la mujer, que tiende a la unión sexual, es una entre las múltiples maneras que tiene el amor de manifestarse.

Sin embargo, este amor, dadas sus condi­ciones, imprime un carácter especial y profundo a la existencia humana, y es al­tamente decisivo e influyente en la con­formación de la vida afectiva de la perso­na, y, por supuesto, a la hora de realizar las otras manifestaciones de amor: “sólo el hombre que es capaz de amar a la mujer, y la mujer que es capaz de amar al hombre, estarán en condiciones de amar auténtica­mente a sus amigos, a la naturaleza y a Dios”.

De la calidad y madurez de las relaciones conyugales depende, en gran parte, el bie­nestar de la pareja y de la familia, el orden y la armonía de la vida social, incluso el crecimiento y realización del Reino de Dios.

El amor es una atracción, una solicitud mutua para realizar un encuentro mutuo que termina con la donación del uno al otro.

¿QUE ES EL AMOR?
Hemos visto que hombre y mujer son mutuamente indispensables; ambos se necesitan para comple­mentarse en el nivel personal; también la familia, la sociedad, incluso el Reino de Dios, dependen de la complementariedad hombre-mujer.

Esta búsqueda para la unidad y la complementación de ambos es lo que llamamos el amor conyugal.
El amor es esa fuerza misteriosa que im­pulsa a hombres y mujeres hacia el sexo opuesto.

Cuando hablamos del amor entre un hom­bre y una mujer, aparecen tres opiniones: dos de ellas extremas y una tercera integradora. Las opiniones extremas son reco­nocidas como la espiritualista y la materia­lista.

  • La opinión espiritualista considera que la unión del hombre y de la mujer debe realizarse únicamente en el espíritu, en el alma; en el nivel de los sentimientos, de los ideales; es una comunión puramente espiritual y muestra rechazo por la relación sexual.
  • La opinión materialista considera que la atracción es puramente física, biológica, genital, y que para nada interviene el espí­ritu ni los sentimientos, ni la libertad.
  • Para la opinión materialista el amor es la fuerza instintiva propia de los animales de la cual participa también la pareja huma­na, y la relación sexual es una necesidad biológica como comer o dormir.
  • Para la tercera opinión el amor es un acto de toda la persona.


El ser humano no es ni cuerpo sin alma, ni alma sin cuerpo; el ser humano es indiso­lublemente cuerpo y alma, en donde el cuerpo es cuerpo del alma, y el alma es al­ma de cuerpo.

Cuando mis ojos ven en realidad son mis pensamientos, mis sentimientos, mis idea­les y propósitos los que están viendo a través de mis ojos; es todo mi ser el que camina y va, o el que coge o suelta, y no sólo mis pies o mis manos. Mis ojos, mis oídos, mis manos, mi voz, lo son de una persona, y ven, oyen, tocan y hablan lo que la persona quiere y necesita ver, oír, tocar, o hablar.

Así mismo cuando hay atracción sexual es toda la persona la que es atraída, la que es solicitada y la que queda comprometida.

Quien ama, ama a la persona, a su totali­dad personal, constituida por sus pensa­mientos, sus sentimientos, sus proyectos e ideales, su manera de ver la vida y de vi­virla, y por supuesto ama al cuerpo que oculta y expresa ese mundo personal.

De esta manera el amor no es sólo un en­cuentro de cuerpos sino también de liber­tades, de pensamientos y sentimientos, de proyectos de vida, que al unirse deciden el destino común de la pareja humana.

Estas tres opiniones en el fondo nos colo­can ante tres actitudes ante la sexualidad.
La primera es la de aquéllos, superficiales y vacíos, cuya vida sexual está desprovista de sentimientos, de ternura y de admira­ción hacia la otra persona. Para ellos el amor queda atrapado en la genitalidad. En este nivel se da la prostitución.

La segunda es la de la pareja que comparte totalmente en el acto sexual los sentidos y los sentimientos, la totalidad de la persona.

La tercera es la de la pareja que van subli­mando el aspecto corporal, y espirituali­zan su relación.
El amor ciertamente es una experiencia humana que recorre el mismo camino de maduración de la persona.

LAS CARACTERÍSTICAS DEL AUTENTICO AMOR

E1 Papa Pablo VI nos habla sobre la naturaleza del amor de los esposos:

  • “La verdadera naturaleza del amor conyu­gal se revela cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra.
  • “Bajo esta luz aparecen claramente las no­tas y las exigencias características del amor conyugal, siendo de suma importancia te­ner una idea exacta de ellas.
  • “Es, ante todo, un amor plenamente hu­mano, es decir, sensible y espiritual al mis­mo tiempo. No es, por tanto, una simple efusión del instinto y del sentimiento, si­no que es también, y principalmente, un acto de la voluntad libre, destinado a man­tenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana, de forma que los esposos se conviertan en un solo corazón y en una sola alma y juntos alcan­cen su perfección humana.
  • “Es un amor total, esto es, una forma sin­gular de amistad personal con la cual los esposos comparten generosamente todo, sin reservas o cálculo egoístas. Quien ama de verdad a su propio consorte; no lo ama sólo por lo que de él recibe, sino por sí mismo, gozoso de poderlo enriquecer con el don de sí.
  • “Es un amor fiel y exclusivo hasta la muer­te. Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y con plena conciencia el empeño del vínculo matri­monial. Fidelidad que a veces puede resul­tar difícil, pero que siempre es posible, no­ble y meritoria; nadie puede negarlo. El ejemplo de numerosos esposos a través de los siglos demuestra que la fidelidad no só­lo es connatural al matrimonio, sino tam­bién manantial de felicidad profunda y duradera.
  • “Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión entre los esposos, si­no que está destinado a prolongarse susci­tando nuevas vidas. El matrominio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y edu­cación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del matrimonio y contribuyen al bien de los propios padres”. (Pablo VI, Humanae Vitae 8 y 9).

ACTIVIDAD 4: EVALÚA EL LOGRO DE LOS OBJETIVOS
Sintetiza
  1. ¿Qué dimensiones del ser humano están comprometidas en el acto sexual?
  2. ¿Por qué el acto sexual es un encuentro profundo de dos personas?
  3. ¿Cuáles son las características del amor según Pablo VI?
Analiza con tus compañeros
  1. Explica y comenta la frase: “el amor es una experiencia humana especial que recorre las mismas etapas de la madurez de la persona”.
Tu compromiso
  1. ¿Crees que el amor necesita ser educado?
  2. ¿Cómo te esfuerzas por educarlo?


Recuerda: El amor es plenamente humano, es total, es fiel y exclusivo, y es facundo.


Referencia: Blaco, Blas (1992) Religión 9.  Ediciones Paulinas. Santafé de Bogotá, D.C.

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