lunes, 27 de febrero de 2023

SEMANA SEIS Y SIETE

 

CONVERSIÓN EN LA FAMILIA

 

 

ACTIVIDAD 1: EVOQUEMOS NUESTRA EXPERIENCIA

1. ¿Qué es para ti una sincera conversión?

2. ¿Qué actividades deberíamos realizar en familia para buscar una sincera conversión?

3. ¿Qué medios crees que son necesarios para perseverar en esa conversión?

 

ACTIVIDAD 2: ¿QUÉ NOS DICE LA BIBLIA?

Mc 1, 15

1. ¿Cuál es la invitación que Jesús le hace a las familias?

2. ¿Por qué Jesús hace esta invitación?

Mt 7, 21

3. ¿Qué debemos hacer para convertirnos?

4. ¿Cuándo nuestra conversión no es sincera

 

ACTIVIDAD 3: FUNDAMENTACIÓN CIENTÍFICA

El encuentro con Jesús vivo, mueve a la conversión. Para hablar de conversión, el Nuevo Testamento utiliza la palabra metanoia, que quiere decir cambio de corazón porque primero está la transformación interior realizada por Dios, para luego cambiar de vida, de actitudes, de comportamientos, de actuar con obras proyectándose al compromiso de transformar el mundo. Diríamos entonces que conversión es el cambio del corazón y de mentalidad.

 

Por ello, la autentica conversión debe prepararse y cultivarse con la lectura orante de la Sagrada Escritura y la recepción de los sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía. La conversion conduce a la comunión fraterna, porque ayuda a comprender que Cristo es la cabeza de la Iglesia, su Cuerpo místico; mueve a la solidaridad, porque nos hace conscientes de que lo que hacemos a los demás, especialmente a los más necesitados, se lo hacemos a Cristo.

 

La conversión favorece, por tanto, una vida nueva, en la que no haya separación entre la fe y las obras en la respuesta cotidiana a la universal llamada a la santidad. Superar la división entre fe y vida es indispensable para que se pueda hablar seriamente de conversión. Para ser verdadero discípulo del Señor, el creyente ha de ser testigo de la propia fe, pues el testigo no da solo testimonio con las palabras, sino con su vida

 

La conversión no es completa si falta la conciencia de las exigencias de la vida cristiana personal y comunitaria, y si no se pone esfuerzo en llevarlas a cabo.  “Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (1 Jn 4, 20). La caridad fraterna implica una preocupación por todas las  necesidades del prójimo. “Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, .como puede permanecer en el amor de Dios?” ( 1 Jn 3, 17). Por ello, convertirse al Evangelio para el Pueblo cristiano que vive en América, significa revisar todos los ambientes y dimensiones de su vida, especialmente todo lo que pertenece al orden social y a la obtención del bien común.

 

Con frecuencia se oye decir a las personas cuando van a un retiro, asisten a una charla o participan de un congreso espiritual "Ya estoy convertido". La conversión no es de un momento, ni se logra inmediatamente, constituye más bien un proceso valiente y decidido que se va consiguiendo mediante un encuentro vivo y personal con Jesucristo en cada momento y circunstancia de nuestra vida.

 

ACTIVIDAD 4: SINTETIZA LO APRENDIDO

1. ¿Cuáles son los pasos de una sincera conversión?

2. ¿Cuáles son los frutos de una sincera conversión?

3.  ¿En qué consiste la vida nueva de la persona que se ha convertido?

4. ¿Qué exigencias comunitarias supone la verdadera conversión?

5. ¿En qué consiste la conversión permanente?

 

ACTIVIDAD 5: APLICA LO APRENDIDO

1. ¿Qué quieres hacer para iniciar tu proceso de conversión?

2. ¿Qué ayudas crees que necesitas para vivir esa conversión?

3. ¿Cómo podrías perseverar en tu conversión?

 

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