SEMANA OCHO Y NUEVE

EL HOMBRE SER LLAMADO A VIVIR EN FAMILIA.

ACTIVIDAD 1: EVOQUEMOS NUESTRA EXPERIENCIA

Yo pertenezco a una familia. Es seguro que te has observado detenidamente, has observado detenidamente también a tus padres, hermanos, tíos, abuelos, y has encontrado una serie de parecidos, de rasgos comunes. Tu cara, el color de tus ojos y tus cabellos, tu estatura y tu manera de caminar, es compartida por otros miembros de tu familia. Tus apellidos hablan de tu origen histórico, de tus padres y de tus antepasados. Eres el resultado de todos ellos. En ti confluye todo un movimiento de vida, de experiencias, de acontecimientos históricos. Tú eres realidad gracias a tu familia. Eres el resultado de su familia.

Analiza

1.      ¿Qué has recibido de tu familia?

2.      ¿Qué ventajas tiene una familia unida?

3.      ¿Es nuestra familia cristiana

ACTIVIDAD 2: ¿QUE NOS DICE LA IGLESIA?

La Iglesia nos presenta la doble dimensión de la familia: la dimensión natural y la dimensión espiritual. Lee atentamente:

“La familia, fundada y vivificada por el amor es una comunidad de personas. La comunidad conyugal constituye el fundamento sobre el cual se va edificando la más amplia comunión de la familia, de los padres y de los hijos, de los hermanos y de las hermanas entre sí, de los parientes y demás familiares. Esta comunión radica en los vínculos naturales de la carne y de la sangre y se desarrolla encontrando su perfeccionamiento propiamente humano en el instaurarse y madurar de vínculos todavía más profundos y ricos del espíritu: el amor que anima las relaciones interpersonales de los diversos miembros de la familia, constituye la fuerza interior que plasma y vivifica la comunión y la comunidad familiar. La familia cristiana está llamada además a hacer la experiencia de una nueva y original comunión, que confirma y perfecciona la natural y humana. . . El Espíritu que infunde el Señor en el sacramento del matrimonio renueva el corazón y hace al hombre y a la mujer capaces de amarse como Cristo nos amó. El amor conyugal alcanza de este modo la plenitud a la que está ordenado interiormente, la caridad conyugal, que es el modo propio y específico con que los esposos participan y están llamados a vivir la misma caridad de Cristo que se dona sobre la cruz”. Juan Pablo II.

REFLEXIONA

1. ¿Por qué la comunión conyugal o la unión de los esposos es el fundamento de la comunidad familiar?
2. ¿Cuáles son los vínculos naturales y cuál es el vínculo espiritual de la familia?
3. ¿Qué significa la presencia del Espíritu Santo en la pareja humana y en la familia?

ACTIVIDAD 3: Resume en tu cuaderno respondiendo las preguntas que hay al final

1.           LA FAMILIA Y LA FORMACIÓN DEL CRISTIANO

No hay persona sin familia. La familia es, pues, el ambiente normal donde nace crece y se forma la persona. El hombre nace por la relación sexual de los esposos, y crece y se educa en primer lugar por la relación que se establece entre él y sus padres, sus hermanos y familiares más allegados.

El tipo de relación y de ejemplo forma y educa al niño. Si hay una relación de cariño, de libertad, de respeto, de diálogo, el niño crecerá como un ser libre, seguro de sí, sicológicamente equilibrado; y será un buen cristiano en la sociedad.

En la familia es donde se vive el amor incondicional, aceptando a cada miembro en su desarrollo particular, abriendo paso a la convivencia sincera y desinteresada, donde unos a otros se ayuden a crecer como personas, donde las relaciones interpersonales entre padres e hijos son intensas; para lo cual es necesario buscar el bien común, educándose entre los miembros. Educando en el amor y en la verdad, meta final a la que está llamado todo hombre por parte  de  “Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

2.           LA FAMILIA TIENE OTROS VÍNCULOS

Además de los vínculos de parentesco biológico, la familia cristiana tiene también vínculos con la Iglesia, de la que es como una célula viva. A causa del bautismo que han recibido sus miembros, y del sacramento del matrimonio que recibieron los esposos, la familia está incorporada a Jesucristo y a la Iglesia, y tiene con ella unos vínculos espirituales profundos, que le señalan una manera especial de vivir y de ser familia; esto nuevo es la dimensión cristiana de la familia. ¿Qué aporta la característica cristiana a la familia? ¿En qué se diferencia una familia cristiana de otra que no lo es?

3.           LA FAMILIA ES UN REGALO DE DIOS DEL QUE DEBEMOS HACERNOS RESPONSABLES

Nunca tomaremos suficientemente en serio el tema de la familia y el tema del matrimonio. ¿Has pensado alguna vez que la unión conyugal, que la íntima relación conyugal nace de Dios y permite la continuidad de la vida humana, el destino de la familia y su bienestar, el futuro de la sociedad, la continuidad de la historia y aún la realización del Reino de Dios?

Dada la sublime grandeza del matrimonio y de la familia, es muy conveniente que toda persona reflexione detenidamente sobre su origen en Dios, su importancia, los fines y bienes que tiene para acercarse a él responsablemente. Acercarse al matrimonio y a la familia de manera inconsciente, irresponsable, pone en peligro el bienestar de los mismos con trayentes, el equilibrio de la familia y el orden en la sociedad.

Tal vez no hayas pensado aún en la posibilidad del matrimonio, pero si has comenzado ya a dar tus primeros pasos por el camino del amor. Desde ya debes prepararte. Toma muy en serio el estudio de este tema del matrimonio y de la familia que es vital para ti.

Sintetiza

1. ¿Cuál es la importancia de la familia en la formación del cristiano?
2. ¿Qué otro vínculo tiene la familia? ¿Cuál es su importancia?
3. ¿En qué reside la importancia del matrimonio?

ACTIVIDAD 4: Tu compromiso

4.      ¿Cuál debe ser la actitud de la gente ante el matrimonio? ¿Por qué?

5.      ¿Por qué es importante prepararse bien para contraer el matrimonio?

Recuerda:

La familia está fundamentada sobre la vida de amor de la pareja. Son dos los vínculos que unen a la familia: el vínculo natural o biológico y el vínculo espiritual cristiano.

Referencia: 

Blaco, Blas (1992) Religión 9.  Ediciones Paulinas. Santafé de Bogotá, D.C.